La obligación que tenemos de ayudar a los pobres

El cuidar a los pobres y a los necesitados es una responsabilidad del pueblo del convenio

Y ya que deseáis entrar en el redil de Dios y ser llamados su pueblo, y estáis dispuestos a llevar las cargas los unos de los otros para que sean ligeras; sí, y estáis dispuestos a llorar con los que lloran; sí, y a consolar a los que necesitan de consuelo... (Mosíah 18:8-9)

Y ahora bien, si Dios, que os ha creado, de quien dependéis por vuestras vidas y por todo lo que tenéis y sois, os concede cuanta cosa justa le pedís con fe, creyendo que recibiréis, ¡oh como debéis entonces impartiros el uno al otro de vuestros bienes! (Mosíah 4:16-21)

Y uno de ellos, intérprete de la ley, preguntó por tentarlo, diciendo: Maestro, ¿cuál es el gran mandamiento en la ley? Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón; y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas. (Mateo 22:35-40)

Y recordad en todas las cosas a los pobres y a los necesitados, a los enfermos y a los afligidos, porque el que no hace estas cosas no es mi discípulo. (DyC 52:40)

Y he aquí, te acordarás de los pobres, y consagrarás para su sostén lo que tengas para darles de tus bienes, mediante un convenio y un título que no pueden ser violados. (DyC 42:30)

Porque si no sois iguales en las cosas terrenales, no podéis ser iguales en la consecución de cosas celestiales. (DyC 78:6)

Porque no faltarán menesterosos en medio de la tierra; por eso yo te mando, diciendo: Abrirás tu mano a tu hermano, al pobre y al menesteroso en tu tierra. (Deuteronomio 15:11)

Y el Señor llamó SION a su pueblo, porque eran uno en corazón y voluntad, y vivían en rectitud; y no había pobres entre ellos. (Moisés 7:18)

He aquí, os digo que es preciso que visitéis a los pobres y a los necesitados, y les suministréis auxilio para que sean amparados. (DyC 44:6)

Y he aquí un intérprete de la ley se levantó y dijo, para probarle: Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna? El le dijo: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Como lees? Aquél, respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo. Y le dijo: Bien has respondido; haz esto, y vivirás. Pero él, queriendo justificarse a sí mismo, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo? Respondiendo Jesús, dijo: Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto. Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole, pasó de largo. Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo. Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia; y acercándose vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndolo en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él. Otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele; y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese. ¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones? El dijo: El que usó de misericordia con él. Entonces Jesús el dijo: Vé, y haz tú lo mismo. (Lucas 10:25-37)

Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo, porque en su corazón no quería que nada supiese que lo había visto (TJS, Lucas 10:33. Traducción no oficial).

Otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele; y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese (TJS, Lucas 10:36. Traducción no oficial).

"más de lo que amáis a los pobres y los necesitados, los enfermos y los afligidos". (Mormón 8:37)

¿Por qué os adornáis con lo que no tiene vida, y sin embargo, permitís que el hambriento, y el necesitado, y el desnudo, y el enfermo, y el afligido pasen a vuestro lado, sin hacerles caso? (Mormón 8:39)

La religión pura y sin macula delante de Dios el Padre es esta: Visitar a los huérfanos y a las viudas en sus tribulaciones, y guardarse sin mancha del mundo. (Santiago 1:27)

No me preocupo tanto de los miembros que son insensibles al darse cuenta de los necesitados, como de nosotros al no darnos cuenta de tales necesidades. Moroni  nos advirtió sobre los adinerados de todas las épocas que se volvían cómodos y amaban las cosas de este mundo, más que amar al pobre y al necesitado, al enfermo y al afligido (Mormón 8:37). Moroni también hizo notar como el pobre, el desnudo, el enfermo y el afligido, pueden a veces pasar ante esa gente sin ser notados (Mormón 8:39). Por favor, hermanos del sacerdocio, no estén tan ocupados tratando de administrar los programas de la Iglesia, que se olviden de estos deberes básicos en lo que el apóstol Santiago describió como la religión pura y sin mácula (Santiago 1:27) (Spencer W. Kimball, "The Uttermost Parts of the Earth [Hasta los confines de la tierra]", Ensign, julio de 1979, pág. 2)

Cuando haya en medio de ti menesteroso de alguno de tus hermanos en alguna de tus ciudades, en la tierra que Jehová tu Dios te da, no endurecerás tu corazón, ni cerrarás tu mano contra tu hermano pobre, sino abrirás a él tu mano liberalmente, y en efecto le prestarás lo que necesite. Guárdate de tener en tu corazón pensamiento perverso, diciendo: Cerca está el año séptimo, el de la remisión, y mires con malos ojos a tu hermano menesteroso para no darle; porque él podrá clamar contra ti a Jehová, y se te contará por pecado. Sin falta le darás, y no serás de mezquino corazón cuando le des; porque por ello te bendecirá Jehová tu Dios en todos tus hechos, y en todo lo que emprendas. Porque no faltarán menesterosos en medio de la tierra; por eso yo te mando, diciendo: Abrirás tu mano a tu hermano, al pobre y al menesteroso en tu tierra. (Deuteronomio 15:7-11)

Hay algunos que se preguntan por qué la Iglesia se preocupa tanto por los asuntos temporales. La Iglesia se interesa en el bienestar de cada uno de sus miembros. Este interés no puede limitarse solo a las necesidades espirituales del hombre, sino que se extiende a cada fase de su vida. Las necesidades sociales y económicas son importantes para cada quien. El hombre también necesita guía física, mental y moral. Nuestras vidas no pueden aislarse, no podemos separar lo espiritual de lo temporal. (Howard W. Hunter, Conference Report [Informe de la Conferencia General], octubre de 1961, pág. 108)

Y el Señor llamó SION a su pueblo, porque eran uno en corazón y voluntad, y vivían en rectitud; y no había pobres entre ellos. (Moisés 7:18)

Supongo que ya les he dicho lo suficiente para establecer el hecho de que el cuidar de los pobres es una obligación por convenio. En consecuencia, nos preocupamos por los pobres y por los afligidos no solo por comodidad, o emoción o por ser socialmente aceptable, lo debemos hacer en primer lugar y ante todo en cumplimiento de nuestro convenio con el Señor de que lo haríamos así (Marion G. Romney, "Caring for the Poor - A Covenantal Obligation [Cuidar de los pobres: Una responsabilidad del pueblo del convenio]", Ensign, noviembre de 1978, pág. 87).

He aquí, os digo que es preciso que visitéis a los pobres y a los necesitados, y les suministréis auxilio para que sean amparados. (DyC 44:6)

Y he aquí un intérprete de la ley se levantó y dijo, para probarle: Maestro, ¿haciendo qué cosa heredaré la vida eterna? El le dijo: ¿Qué está escrito en la ley? ¿Como lees? Aquél, respondiendo, dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo. Y le dijo: Bien has respondido; haz esto, y vivirás. Pero él, queriendo justificarse a sí mismo, dijo a Jesús: ¿Y quién es mi prójimo? Respondiendo Jesús, dijo: Un hombre descendía de Jerusalén a Jericó, y cayó en manos de ladrones, los cuales le despojaron; e hiriéndole, se fueron, dejándole medio muerto. Aconteció que descendió un sacerdote por aquel camino, y viéndole, pasó de largo. Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo. Pero un samaritano, que iba de camino, vino cerca de él, y viéndole, fue movido a misericordia; y acercándose vendó sus heridas, echándoles aceite y vino; y poniéndolo en su cabalgadura, lo llevó al mesón, y cuidó de él. Otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele; y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese. ¿Quién, pues, de estos tres te parece que fue el prójimo del que cayó en manos de los ladrones? El dijo: El que usó de misericordia con él. Entonces Jesús le dijo: Ve, y haz tú lo mismo. (Lucas 10:25-37)

Asimismo un levita, llegando cerca de aquel lugar, y viéndole, pasó de largo, porque en su corazón no quería que nada supiese que lo había visto (TJS, Lucas 10:33. Traducción no oficial).

Otro día al partir, sacó dos denarios, y los dio al mesonero, y le dijo: Cuídamele; y todo lo que gastes de más, yo te lo pagaré cuando regrese (TJS, Lucas 10:36. Traducción no oficial).

No me preocupo tanto de los miembros que son insensibles al darse cuenta de los necesitados, como de nosotros al no darnos cuenta de tales necesidades. Moroni  nos advirtió sobre los adinerados de todas las épocas que se volvían cómodos y amaban las cosas de este mundo, más que amar al pobre y al necesitado, al enfermo y al afligido (Mormón 8:37). Moroni también hizo notar como el pobre, el desnudo, el enfermo y el afligido, pueden a veces pasar ante esa gente sin ser notados (Mormón 8:39). Por favor, hermanos del sacerdocio, no estén tan ocupados tratando de administrar los programas de la Iglesia, que se olviden de estos deberes básicos en lo que el apóstol Santiago describió como la religión pura y sin mácula (Santiago 1:27) (Spencer W. Kimball, "The Uttermost Parts of the Earth [Hasta los confines de la tierra]", Ensign, julio de 1979)

Cuando haya en medio de ti menesteroso de alguno de tus hermanos en alguna de tus ciudades, en la tierra que Jehová tu Dios te da, no endurecerás tu corazón, ni cerrarás tu mano contra tu hermano pobre, sino abrirás a él tu mano liberalmente, y en efecto le prestarás lo que necesite. Guárdate de tener en tu corazón pensamiento perverso, diciendo: Cerca está el año séptimo, el de la remisión, y mires con malos ojos a tu hermano menesteroso para no darle; porque él podrá clamar contra ti a Jehová, y se te contará por pecado. Sin falta le darás, y no serás de mezquino corazón cuando le des; porque por ello te bendecirá Jehová tu Dios en todos tus hechos, y en todo lo que emprendas. Porque no faltarán menesterosos en medio de la tierra; por eso yo te mando, diciendo: Abrirás tu mano a tu hermano, al pobre y al menesteroso en tu tierra. (Deuteronomio 15:7-11)

Porque sucederá que lo que hablé por boca de mis profetas será cumplido; porque de las riquezas de aquellos que de entre los gentiles aceptaren mi evangelio, yo consagraré para los pobres de mi pueblo que son de la casa de Israel. (DyC 42:39)

De cierto, así dice el Señor, además de las leyes de la iglesia referentes a las mujeres y a los niños, aquellos que pertenecen a la iglesia, que han perdido a sus esposos o padres: Las mujeres tienen el derecho de recibir sostén de sus maridos hasta que éstos mueran; y si ellas no han transgredido, tendrán confraternidad en la iglesia. Y si no son fieles, no tendrán confraternidad en la iglesia; no obstante, podrán permanecer en sus heredades según las leyes del país. Todos los niños tienen el derecho de recibir el sostén de sus padres hasta que sean mayores de edad. Y después de eso, pueden recurrir a la iglesia, o en otras palabras, al almacén del Señor, si sus padres no tienen los medios para darles heredades. Y se mantendrá el almacén por medio de las consagraciones de la iglesia; y se proveerá lo necesario a las viudas y a los huérfanos, como también a los pobres. Amén. (DyC 83:1-6)

¿Cuáles son las consecuencias de descuidar a los pobres?

He aquí que esta fue la maldad de Sodoma tu hermana: soberbia, saciedad de pan, y abundancia de ociosidad tuvieron ella y sus hijas; y no fortaleció la mano del afligido y del menesteroso. (Ezequiel 16:49)

Y fue por el orgullo de sus corazones, por razón de sus inmensas riquezas, sí, fue a causa de haber oprimido a los pobres, negando su alimento a los que tenían hambre, y sus vestidos a los que estaban desnudos..." (Helamán 4:11-12)

He aquí, os digo que si no fuera por las transgresiones de mi pueblo...bien habrían sido redimidos ya. Pero he aquí... no dan de sus bienes a los pobres ni a los afligidos entre ellos, como corresponde a los santos. (DyC 105:2-3)

De manera que, si alguno toma de la abundancia que he creado, y no reparte su porción a los pobres y a los necesitados, conforme a la ley de mi evangelio, en el infierno alzará los ojos con los malvados, estando en tormento. (DyC 104:18)

Y vendré a vosotros para juicio; y seré pronto testigo contra... los que defraudan en su salario al jornalero, a la viuda y al huérfano, y los que hacen injusticia al extranjero. (Malaquías 3:5)

Y he aquí, amados hermanos míos, os digo que no penséis que esto es todo; porque si después de haber hecho todas estas cosas, volvéis la espalda al indigente y al desnudo, y no visitáis al enfermo y afligido, y si no dais de vuestros bienes, si los tenéis, a los necesitados, os digo que si no hacéis ninguna de estas cosas, he aquí, vuestra oración es en vano y no os vale nada, y sois como los hipócritas que niegan la fe. (Alma 34:28)

¡Ay de vosotros, hombres ricos, que no queréis dar de vuestros bienes a los pobres!, porque vuestras riquezas corromperán vuestras almas; y ésta será vuestra lamentación en el día de visitación, de juicio y de indignación: ¡La siega ha pasado, el verano ha terminado y mi alma no se ha salvado! (DyC 56:16)

Y ahora bien, por causa de estas cosas que os he hablado--es decir, a fin de retener la remisión de vuestros pecados de día en día, para que andéis sin culpa ante Dios--, quisiera que de vuestros bienes dieseis al pobre, cada cual según lo que tuviere, tal como alimentar al hambriento, vestir al desnudo, visitar al enfermo, y ministrar para su alivio, tanto espiritual como temporalmente, según sus necesidades. (Mosíah 4:26)

Si nos olvidamos de los pobres, el Señor se olvidará de nosotros. (Rudger Clawson, Conference Report [Informe de la Conferencia General], abril de 1999, pág. 5)

La eficacia misma de las oraciones de una persona, depende de su generosidad para cuidar a los necesitados. (Marion G. Romney, "Los servicios básicos del Plan de Bienestar", Liahona, agosto de 1979, pág. 143)

El que cierra su oído al clamor del pobre, también él clamará, y no será oído. (Proverbios 21:13)

¡Ay de vosotros, hombres ricos, que no queréis dar de vuestros bienes a los pobres!, porque vuestras riquezas corromperán vuestras almas; y ésta será vuestra lamentación en el día de visitación, de juicio y de indignación: ¡La siega ha pasado, el verano ha terminado y mi alma no se ha salvado! (DyC 56:16)

Cuando el Hijo del Hombre venga en su gloria, y todos los santos ángeles con él, entonces se sentará en su trono de gloria y serán reunidas delante de él todas las naciones; y apartará los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. Y pondrá las ovejas a su derecha, y los cabritos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los de su derecha: Venid, benditos de mi Padre, heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo. Porque tuve hambre, y me disteis de comer; tuve sed, y me disteis de beber fui forastero, y me recogisteis; estuve desnudo, y me cubristeis; enfermo, y me visitasteis; en la cárcel, y vinisteis a mí. Entonces los justos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, y te sustentamos, o sediento, y te dimos de beber? ¿Y cuándo te vimos forastero, y te recogimos, o desnudo, y te cubrimos? ¿O cuando te vimos enfermo, o en la cárcel, y vinimos a ti? Y respondiendo el Rey, les dirá: De cierto os digo que en cuanto lo hicisteis a uno de estos mis hermanos más pequeños, a mí lo hicisteis. Entonces dirá también a los de la izquierda: Apartaos de mí, malditos, al fuego eterno preparado para el diablo y sus ángeles. Porque tuve hambre, y no me disteis de comer; tuve sed, y no me disteis de beber; fui forastero, y no me recogisteis; estuve desnudo, y no me cubristeis; enfermo, y en la cárcel, y no me visitasteis. Entonces también ellos le responderán diciendo: Señor, ¿cuándo te vimos hambriento, sediento, forastero, desnudo, enfermo, o en la cárcel, y no te servimos? Entonces les responderá diciendo: De cierto os digo que en cuanto no lo hicisteis a uno de estos más pequeños, tampoco a mí lo hicisteis. E irán éstos al castigo eterno, y los justos a la vida eterna. (Mateo 25:31-46)

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