¿Qué es el don de sanidad? |
Y además, a unos les es dado tener fe para ser sanados; y a otros, fe para sanar (DyC 46:19 - 20). |
¿Cuál es la gran llave que libera el poder para sanar? |
Y Jesús le dijo: Ve, tu fe te ha salvado. Y luego cobró la vista, y seguía á Jesús en el camino (Marcos 10:52). Y aconteció que Alma le dijo, tomándolo de la mano: ¿Crees en el poder de Cristo para salvar? Y él respondió y dijo: Sí, creo todas las palabras que has enseñado. Y dijo Alma: Si crees en la redención de Cristo, tú puedes ser sanado (Alma 15:6 - 8). |
¿Cómo se compara la fe para sanar con la fe para ser perdonados? |
Si uno tiene la fe para ser sanado físicamente, tiene la fe por la cual ese lavamiento y poder curativo pueden realizar un milagro espiritual y purificarlo de las manchas del pecado (Bruce R. McConkie, Doctrinal New Testament Commentary 3:275). ¿Está alguno enfermo entre vosotros? llame á los ancianos de la iglesia, y oren por él, ungiéndole con aceite en el nombre del Señor. Y la oración de fe salvará al enfermo, y el Señor lo levantará; y si estuviere en pecados, le serán perdonados. (Santiago 5:14-15) Porque, ¿qué es más fácil, decir: Los pecados te son perdonados; ó decir: Levántate, y anda? (Mateo 9:5) |
¿Qué discreción debe usarse cuando hablamos sobre el don de sanidad?
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He oido a hombres decir, "Tengo el don de sanidad. Me gustaría darte una bendición". Me parece que eso está completamente fuera de línea, y puedo imaginar que no pasará mucho antes de que el Señor retire su don de sanidad al que está tan deseoso de tomar el crédito y honor por ello. (Spencer W. Kimball, The Teachings of Spencer W. Kimball, editado por Edward L. Kimball [Salt Lake City: Bookcraft, 1982], 235) Pero un mandamiento les doy, que no se jacten de estas cosas ni hablen de ellas ante el mundo; porque os son dadas para vuestro provecho y para salvación. (DyC 84:73) Entonces Jesús le dijo: Mira, no lo digas á nadie . . . (Mateo 8:4) |
¿Cómo catalizan el proceso de curación aquellos que tienen el don de sanidad? |
Ordinariamente, un hombre que tiene el don de sanidad actúa de tal manera que inspire fe y confianza en aquel que va a ser sanado, de modo que la bendición real viene debido a la concordancia y la fe unida de ambas partes (Ver Commentary I, pp. 157-159; Hechos 5:12-16; Bruce R. McConkie, Doctrinal New Testament Commentary, 3 vols. [Salt Lake City: Bookcraft, 1965-1973], 2: 46). Esta
fe del individuo que está enfermo puede aumentar por la
misma presencia de aquel en quién tiene su completa confianza.
No todos los que tienen el poder del sacerdocio para administrar
al enfermo tendrán igual éxito en
curarlos, no por diferencia alguna en poder, sino debido a la
diferencia en la fe que se engendra en el enfermo por las
personalidades de los diferentes hombres que administran. Algunos
hombres están tan seguros del poder curativo de Dios, debido a
la influencia de su Espíritu sobre ellos, que el enfermo
siente ese espíritu en la palma de la mano, la mirada en la
cara, o la quieta seguridad en la voz. Esa evidencia de la
presencia del Espíritu de Dios aumenta su fe lo suficiente
para permitirles ser sanados. Este don del Espíritu Santo se
llama el don de sanidad. (William E. Berrett, The
Restored Church, 7th ed. [
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¿Puede alguien ser sanado sin ejercer fe?
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En algunos casos, han ocurrido sanaciones milagrosas, aparentemente debido a la fe de alguien más que el recipiente directo. Esto se ve en la fe de los padres, con relación a la sanación de un infante. Hay también instancias de animales sanados después de la administración de los élderes - por ejemplo, la sanación de dos bueyes enfermos en respuesta a la fe de la Hermana Mary Fielding Smith mientras cruzaba las llanuras (Joseph Fielding Smith, The Life of Joseph F. Smith, Salt Lake City: Deseret News Press, 1938, p. 150). |
¿Cuáles son los prerequisitos para ejercitar el Don de Sanidad?
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Porque he aquí, yo soy Dios; y soy un Dios de milagros; y manifestaré al mundo que soy el mismo ayer, hoy y para siempre; y no obro entre los hijos de los hombres sino de conformidad con su fe (2 Nefi 27:23). Y el pueblo se puso a aguardar con gran anhelo la señal que había dado el profeta Samuel el Lamanita, sí, la ocasión en que habría tres días de tinieblas sobre la faz de la tierra (3 Nefi 8:3). Y Jesús les dijo: Por
vuestra incredulidad; porque de cierto os digo, que si tuviereis fe
como un grano de mostaza, diréis á este monte:
Pásate de aquí allá: y se pasará: y nada os
será imposible. Mas este linaje no sale sino por oración
y ayuno (Mateo 17:20-21). |
Después de administrar a los enfermos, ¿sanarán? |
Y además, sucederá que el que tuviere fe en mí para ser sanado, y no estuviere señalado para morir, sanará (DyC 42:48). |
¿Qué himno nos alienta a aprender el arte del sanador? |
Quiero amarte, Salvador, Quiero ser el guardián de mi hermano; ("Señor, yo te seguiré" Hymns, 1985, no. 138, [traducción libre de la tercera estrofa])
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¿Qué tan urgente es la necesidad de sanadores?
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Y
viendo las gentes, tuvo compasión de ellas; porque estaban
derramadas y esparcidas como ovejas que no tienen pastor. Entonces dice
á sus discípulos: A la verdad la mies es mucha, mas los
obreros pocos. Rogad, pues, al Señor de la mies, que
envíe obreros á su mies. (Mateo 9:36-38) Por consiguiente, amados hermanos míos, pedid al Padre con toda la energía de vuestros corazones, que seáis llenos de este amor que él ha otorgado a todos los que son discípulos verdaderos de su Hijo Jesucristo...(Moroni 7:48) |
¿Hemos hecho convenio de ser sanadores? |
Y sabed que vosotros seréis los jueces de este pueblo, según el juicio que yo os daré, el cual será justo. Por lo tanto, ¿qué clase de hombres habéis de ser? En verdad os digo, aun como yo soy.(3 Nefi 27:27) Y aconteció que les dijo: He aquí las aguas de Mormón (porque así se llamaban); y ya que deseáis entrar en el redil de Dios y ser llamados su pueblo, para que sean ligeras; sí, y estáis dispuestos y estáis dispuestos a llevar las cargas los unos de los otrosa llorar con los que lloran; sí, y a consolar a los que necesitan de consuelo, y ser testigos de Dios en todo tiempo, y en todas las cosas y en todo lugar en que estuvieseis, aun hasta la muerte, para que seáis redimidos por Dios, y seáis contados con los de la primera resurrección, para que tengáis vida eterna(Mosíah 18:8 - 9) Y además, vosotros mismos socorreréis a los que necesiten vuestro socorro (Mosíah 4:16) De manera que, sé fiel; ocupa el oficio al que te he nombrado; socorre a los débiles, levanta las manos caídas y fortalece las rodillas debilitadas (DyC 81:5). |
¿Qué significa “socorro”?
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El Hermano Talmage usó la palabra socorro. ¿Saben su significado? Es usada con frecuencia en las escrituras para describir el cuidado y atención de Cristo por nosotros. Significa literalmente "correr hacia". Qué magnífica manera de describir el esfuerzo urgente del Salvador en nuestro beneficio. Así como él nos llama a venir a él y seguirle, él infaliblemente corre a ayudarnos (Jeffrey R. Holland, “Come Unto Me”, BYU Fireside, 2 March 1997). |
¿Cuál es la paradoja divina?
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Sólo cuando aligeráis una carga, Dios aligera vuestra carga. ¡Divina paradoja esta! El hombre que tropieza y cae a causa de que su carga es demasiado pesada puede aligerar esa carga al llevar el peso de la carga de otro. Obtenéis al dar, pero la parte de dar debe ser primero (Spencer W. Kimball, The Teachings of Spencer W. Kimball, p. 251). Porque cualquiera que quisiere salvar su vida, la perderá, y cualquiera que perdiere su vida por causa de mí, la hallará (Mateo 16:25). |
¿Qué bendiciones se pierden al descuidar al que está físicamente afligido? |
Y ahora bien, por causa de estas cosas que os he hablado —es decir, a fin de retener la remisión de vuestros pecados de día en día, para que andéis sin culpa ante Dios—, quisiera que de vuestros bienes dieseis al pobre, cada cual según lo que tuviere, tal como alimentar al hambriento, vestir al desnudo, visitar al enfermo, y ministrar para su alivio, tanto espiritual como temporalmente, según sus necesidades (Mosíah 4:26). Y he aquí, amados hermanos míos, os digo que no penséis que esto es todo; porque si después de haber hecho todas estas cosas, volvéis la espalda al indigente y al desnudo, y no visitáis al enfermo y afligido, y si no dais de vuestros bienes, si los tenéis, a los necesitados, os digo que si no hacéis ninguna de estas cosas, he aquí, vuestra oración es en vano y no os vale nada, y sois como los hipócritas que niegan la fe (Alma 34:28). Y recordad en todas las cosas a los pobres y a los necesitados, a los enfermos y a los afligidos, porque el que no hace estas cosas no es mi discípulo (DyC 52:40). (32) Y serán
reunidas delante de él todas las gentes: y los apartará
los unos de los otros, como aparta el pastor las ovejas de los cabritos. |
¿Cuál es la línea entre la sanación espiritual y la física? |
El élder Boyd K. Packer agregó, "Hay desórdenes espirituales, también, y enfermedades espirituales que pueden causar intenso sufriemiento. El cuerpo y el espíritu del hombre están unidos. Frecuentemente, con mucha frecuencia, cuando hay desarreglos, es muy difícil distinguir cuál es cuál" (Packer, Boyd K: The Balm of Gilead. Ensign, Noviembre de 1977, p 59). La salvación temporal de los hijos de los hombres es una cosa de la mayor importancia, pero tristemente descuidada por muchos maestros religiosos. La verdad es que la salvación espiritual es dependiente de la temporal más de lo que la mayoría de los hombres se da cuenta. La línea de demarcación entre lo temporal, o físico, y lo espiritual, no puede percibirse en forma definitiva (Smith, Joseph Fielding: Church History and Modern Revelation, Salt Lake City, Deseret Book Company, 1953, 1:383). |
¿Qué señales siguen a los creyentes? |
Porque yo soy Dios, y mi brazo no se ha acortado; y mostraré milagros, señales y maravillas a todos los que crean en mi nombre. Y quienes pidan con fe en mi nombre, echarán fuera demonios; sanarán a los enfermos; harán que los ciegos reciban la vista, que los sordos oigan, los mudos hablen y los cojos anden (DyC 35:8 - 9). Pero he aquí, la fe no viene por las señales, mas las señales siguen a los que creen (DyC 63:9). |
¿Tienen otros dones del Espíritu poder para sanar?
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Michael Ballam, El poder sanador de la música, BYU Education Week, 1999 Es un tesoro más allá de todo precio el ser capaz de amar a otro a la manera de nuestro Maestro y testificar del poder sanador de ese amor. Algunas cosas importan más que otras. La gente importa. Los sentimientos de la gente importan. Dios y Cristo están involucrados en los asuntos de la gente (Moisés 1:39), y nosotros hemos sido llamados a la misma obra. (Robert L. Millet, Alive in Christ: The Miracle of Spiritual Rebirth [Salt Lake City: Deseret Book Co., 1997]) Hasta Matthew Arnold, que en muchas maneras fue crítico del Movimiento Romántico, describió a Wordsworth como uno que llegó a un mundo de 'dudas, disputas, distracciones, miedos', y trajo estabilidad a través del 'poder sanador' de su poesía. (Pensamientos sobre William Wordsworth: un Ensayo Conmemorativo, por Bruce B. Clark Fn, BYU Studies, vol. 10 (1969-1970), Número 2 - Invierno 1970 203). El Presidente Spencer W. Kimball hablaba frecuentemente sobre el poder sanador del perdón. Él aconsejó que al tratar de perdonar lo que otros nos han hecho, comencemos por condonar todo lo nos ha sido difícil perdonarnos a nosotros mismos. La clave para amarse a uno mismo - de lo cual depende nuestra salud mental y espiritual - descansa en aprender a perdonar y amar a otros (Alexander B. Morrison, Feed My Sheep: Leadership Ideas for Latter-day Shepherds [Salt Lake City: Deseret Book Co., 1992], 121). El Presidente Hinckley enfatizó el poder sanador de las palabras del Presidente Lee (Funeral Speakers Laud Life of Rex E. Lee , LDS Church News, 1996, 03/23/96). He leído recientemente un libro fascinante, Risa después de la risa. El poder curativo del humor, escrito por un médico, el Dr. Raymond Moody, Jr., que es también el autor del ampliamente leído libro Vida después de la vida. (Brent A. Barlow, Twelve Traps in Today's Marriage and How to Avoid Them [Salt Lake City: Deseret Book Co., 1986], 146) Pero yo descubrí que hay un poder sanador en decir la verdad. (Michele R. Sorensen, Chainbreakers: A True Story of Healing from Abuse [Salt Lake City: Deseret Book Co., 1993], 189) En lugar de ello, hay un poder sanador cuando usamos nuestra energía en la acción, en el servicio y en el auxilio de otros (Marvin J. Ashton, Ye Are My Friends [Salt Lake City: Deseret Book Co., 1972], 86 - 87). Recientemente, hace unas semanas, hablamos del trabajo voluntario: es dignidad, es poder sanador, es poder para hacer suaves los impactos y las penas - trabajo que Carlyle llamó "La gran cura para todos los males y miserias que han asediado siempre a la humanidad" (Presidente David O. McKay:, Conference Report, October 1960, Sesión de la Tarde 118). La gratitud es un buen sentimiento con una extraña clase de poder curativo (J. Spencer Kinard, A Moment’s Pause [Salt Lake City: Deseret Book Co., 1989], 105). Hace un tiempo leí un libro muy útil escrito por un siquiatra de Nueva York, Smiley Blanton, bajo el título de El Poder Sanador de la Poesía (New York: Thomas Y. Crowell Co., 1960). En su libro, el Dr. Blanton explica cómo por cuarenta años él ha usado grandiosas ideas para sanar a la gente de sus dificultades emocionales y problemas siquiátricos. No todas estas ideas fueron en forma poética. Él también usó las grandes escrituras, la prosa grandiosa y los grandiosos himnos. Yo supongo que este poder sanador de el siquiatra puede relacionarse con la práctica de un médico que escribía prescripciones para la gente para ser surtidas no en las farmacias, sino en las librerías, porque él había descubierto que frecuentemente había más poder curativo en los libros que en las botellas. Una madre cura los chichones y contusiones de sus hijos a través de sus caricias y sus expresiones amorosas de simpatía. Al meditar sobre estos procedimientos curativos, traté de entender algunas de las cosas que Jesús puede haber tenido en mente cuando dijo, 'Médico, cúrate a tí mismo' (Lucas 4:23). Pienso que él estaba dandonos el detalle de un método para manejar ese poder sanador cuando instruyó a Emma Smith a hacer una selección de himnos inspirados para que sonasen regularmente en nuestras mentes y corazones (Sterling W. Sill, “The Poetry of Success,” Ensign, Mayo 1978, 66). |