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Enseñando a los niños las consecuencias del pecado


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"Los padres pueden sembrar semillas en los corazones y las mentes de sus hijos solamente si saben donde están los hijos y lo que están haciendo. Los padres no deben dejar al acaso la enseñanza de sus hijos. Deben estar a cargo de sus hogares y familias, recordando que “la corrección da sabiduría: mas el muchacho suelto avergonzará a su madre” (Proverbios 29:15). He oído hablar de padres que viajan extensamente por placer, dejando a sus hijos adolescentes sin la protección paterna por largos períodos. Los adolescentes desprotegidos pueden sentirse tentados por “un poco” de pecado sin percibir las posibles consecuencias de dolor y decepción.

"Demasiados de nuestros jóvenes tienen la idea de que el pecado en cantidades limitadas no es realmente equivocado porque será perdonado fácilmente sin consecuencias. Vemos a jóvenes que son culpables de pecados morales pero que no están demasiado preocupados porque esperan arrepentirse rápidamente, pensando que todo está bien. La idea de que cualquier pecado no tiene importancia es falsa; viene del diablo. 'El Señor no puede considerar el pecado con el más mínimo grado de tolerancia' (DyC 1:31). Deberíamos escuchar el consejo de Nefi, cuando escribió:

"'Habrá muchos que dirán: Comed, bebed y divertíos; no obstante, temed a Dios, pues él justificará la comisión de unos cuantos pecados,...en esto no hay mal;... y si es que somos culpables, Dios nos dará algunos azotes, y al fin nos salvaremos en el reino de Dios.

" 'Y así el diablo engaña sus almas, y los conduce astutamente al infierno' (2 Ne. 28:8, 21)."

—Élder Joseph B. Wirthlin, "Seeds of Renewal," Ensign, May 1989, 8.

 

Aplicando las enseñanzas de los profetas y apóstoles modernos a nosotros:

  1. Olvidamos a veces que los padres son maestros del Evangelio. Se ha dado a los padres responsabilidades terminantes de enseñar a sus hijos doctrinas específicas, tales como la fe, el arrepentimiento, y el bautismo y la confirmación a la edad de ocho años (véase DyC 68:25–28). ¿Cómo se pueden preparar los padres para cumplir con sus responsabilidades de enseñanza con sus hijos con mayor capacidad?

  2. ¿Cómo pueden los maestros del Evangelio disuadir a la gente joven de la noción falsa de que el pecado en cantidades limitadas no es realmente equivocado porque será perdonado fácilmente sin consecuencias? ¿Cuáles son las consecuencias del pecado?

  3. Encuentre y lea cinco historias en las escrituras que enseñen que el pecado de cualquier clase no será perdonado a menos que se dé la condición del arrepentimiento sincero (véase DyC 19:15–21). Algunos ejemplos que podría utilizar incluyen la historia de Alma el joven y los cuatro hijos de Mosíah (véase Mosíah 27:8–37); y la historia de Coriantón, el hijo de Alma el joven (véase Alma 39:1–13).

 
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