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¿Cómo debo de aplicar los tres principios rectores de la enseñanza y el aprendizaje en mi llamamiento?


APLICACIÓN DE LOS TRES PRINCIPIOS RECTORES

Los tres principios rectores pueden ser implementados mejor por los maestros y líderes de la Escuela Dominical cuando participan en las actividades siguientes. La siguiente información ha sido adaptada de “El apoyo que los líderes deben ofrecer a los maestros ”, en Cómo mejorar la enseñanza del Evangelio: una guía para el líder, 4–5.

A. Los líderes dan una orientación a cada maestro recién llamado. Los líderes del sacerdocio y de las organizaciones auxiliares de barrio se reúnen individualmente con cada maestro recién llamado en sus organizaciones, de preferencia antes de la primera clase del maestro, para proveerles de una breve orientación. Como parte de cada orientación, el líder debería:
  • Ayudar al maestro a entender la importancia del llamamiento para enseñar.
  • Comentar los principios de la enseñanza efectiva que se desarrollan en las páginas 361–367 del Manual de Instrucciones de la Iglesia, Libro 2, sección 16, “Enseñanza del Evangelio y Liderazgo”.
  • Asegurarse de que el maestro reciba todos los materiales necesarios para enseñar con éxito, incluyendo los materiales de la lección para la clase y una lista que contenga el nombre de cada miembro de Iglesia que debe asistir a la clase y cómo contactarle.
  • Asegurarse de que el maestro tiene copias de la sección 16 del Manual de Instrucciones de la Iglesia, Libro 2, “Enseñanza del Evangelio y Liderazgo”, y de "La Enseñanza, el llamamiento más importante". Dirigir una breve revisión de estos materiales para ayudar al maestro a entender cómo utilizarlos eficazmente.
  • Informar al maestro sobre los materiales producidos por la Iglesia que están disponibles en la biblioteca del centro de reuniones.
  • Informar al maestro sobre el curso Enseñanza del Evangelio (vea “El curso Enseñanza del Evangelio ,” en Cómo mejorar la enseñanza del Evangelio: una guía para el líder, 11).
  • Ofrecer ayuda continua .
  • Animar al maestro a ponerse en contacto individualmente con el líder por lo menos una vez cada tres meses para dialogar sobre el llamamiento del maestro (vea “Conferenciar con los maestros ”, en Cómo mejorar la enseñanza del Evangelio: una guía para el líder, 5–6). Después de que un maestro recién llamado haya enseñado su primera lección, un líder debe entrar en contacto con al maestro para resolver preguntas y brindarle aliento.
Observe el video (en inglés)

B. Los líderes proporcionan apoyo continuo a cada maestro al asesorar a los maestros.

Tanto en las organizaciones auxiliares como en las del sacerdocio, se asignan líderes para que colaboren con ciertos maestros específicamente. Por ejemplo, un miembro de una presidencia de Escuela Dominical puede dividir a la plantilla de la Escuela Dominical en tres partes y cada miembro de la presidencia podría ser asignado a trabajar con una tercera parte de quienes enseñan los cursos regulares y opcionales. Los líderes que se hayan designado para desempeñar esta función deben alentar a los maestros a ponerse en contacto con ellos periódicamente: por lo menos una vez cada tres meses. Si los maestros no se pusieran en contacto con sus líderes por lo menos una vez cada tres meses, se instruye a los líderes para iniciar el contacto.

Durante esas entrevistas, los maestros deben gozar de plena libertad para relatar experiencias, para analizar las necesidades individuales de las personas que integren su quórum o su clase y para solicitar ayuda y consejo. Esas entrevistas resultan más eficaces cuando se efectúan en persona, pero se pueden hacer por teléfono, por correo, por email, o de alguna otra forma si es necesario. Cuando un líder de la Escuela Dominical se reúne con un maestro de sexo femenino, otro adulto debe estar presente.

Es mucho lo que los líderes pueden hacer para brindar apoyo personal y ayuda a los maestros mientras estos procuran hacer frente a sus desafíos. En sus esfuerzos por ayudar a los maestros, los líderes deben recordar que ellos mismos son maestros. Deben ser receptivos a los susurros del Espíritu Santo y procurar oportunidades de dar testimonio, de enseñar con las Escrituras, y de dar consejo apropiado.

Tal vez los líderes se sientan incómodos e incluso incompetentes ante la responsabilidad de tener que entrevistarse con los maestros. Recibirán iluminación y la capacidad para llevar a cabo esa importante responsabilidad al pedir orientación en sus oraciones, al estudiar y vivir el Evangelio y al recordar que su llamamiento proviene del Señor. Pueden también recibir valiosa instrucción al asistir a reuniones programadas para el mejoramiento del maestro; participar en el curso Enseñanza del Evangelio; y estudiar La Enseñanza, el llamamiento más importante; la sección 16, “Enseñanza del Evangelio y Liderazgo” del Manual de Instrucciones de la Iglesia, libro 2; y Mejorando la enseñanza del Evangelio: una guía para el líder.

Al asesorar a los maestros, los líderes deben permitir que las necesidades y las preocupaciones de los maestros determinen el rumbo de la conversación. Para ayudar a los maestros a evaluar qué tan bien están trabajando y lo que pueden hacer para mejorar, los líderes pueden desear hacer preguntas que inspiren el pensamiento detallado, como las que están en la lista siguiente. Dichas preguntas pueden ayudar también a los líderes a descubrir maneras específicas de ayudar.

  • ¿Cómo es se siente sobre su llamamiento como maestro?
  • ¿Ha tenido algunas experiencias con su clase de las que le gustaría hablar?
  • ¿Cuáles han sido sus experiencias de enseñanza de mayor éxito?
  • ¿Puede compartir algunos ejemplos de cómo es que los miembros de la clase están respondiendo a las lecciones que usted enseña?
  • ¿Cuáles son algunas de las necesidades específicas de los miembros individuales de la clase?
  • ¿Cuáles son algunas de sus metas como maestro?
  • ¿Qué puedo hacer para ayudarle a lograr sus metas?
  • ¿Cuáles son algunos asuntos que usted siente que deben ser tratados en nuestra siguiente reunión?

Observe el video (en inglés)


 
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