La autosuficiencia

Las seis áreas de la autosuficiencia

La autosuficiencia y los puros de corazón

Todo lo que hemos tratado de lograr es hacer a nuestro pueblo autosuficiente, porque mientras más autosuficiente es uno, más capáz de servir se vuelve, y mientras más sirve, más grande su santificación (Marion G. Romney, citado en Glenn L. Pace, "Principles and Programs [Principios y programas]", Ensign, mayo de 1986, pág. 23; Glen L. Pace, "¿Programas o principios?", Liahona, julio de 1986, pág. 21).

Nuestra habilidad para llegar a otros se hace posible sólo en la medida en que somos autosuficientes. Cuando somos autosuficientes, usamos las bendiciones materiales que recibimos de Dios para cuidar de nosotros mismos y de nuestras familias y estar en posición de ayudar a otros (Joseph B. Wirthlin, "Fruits of the Restored Gospel of Jesus Christ [Los frutos del Evangelio restaurado de Jesucristo]", Ensign, noviembre de 1991, pág. 15).

Por tanto, de cierto, así dice el Señor: Regocíjese Sión, porque ésta es Sión: LOS PUROS DE CORAZÓN (DyC 97:21).

Bienaventurados los puros de corazón, porque ellos verán a Dios (Mateo 5:8).

Autosuficiencia ® Servicio ® Sanctificación ® Puros de Corazón ® Sión

Las bases de la autosuficiencia

El fundamento de la autosuficiencia es el trabajo duro (John K. Carmack, "La fe aumenta el poder en el sacerdocio", Liahona, julio de 1993).

He aquí, ésta es la preparación con la cual os preparo, y el fundamento y la norma que os doy, mediante los cuales podréis cumplir los mandamientos que os son dados; a fin de que mediante mi providencia, no obstante las tribulaciones que os sobrevengan, la iglesia se sostenga independiente de todas las otras criaturas bajo el mundo celestial (DyC 78:13-14).

Sión puede solamente ser edificada entre aquellos que son puros de corazón, no por un pueblo corrompido por la codicia o la avaricia, sino por un pueblo puro y libre de egoismo. No por gente pura en apariencia, más bien un pueblo puro de corazón. Sión es para estar en el mundo y no ser del mundo,  no embotada por un sentido de seguridad carnal, ni paralizada por el materialismo.Sión es "busca[r] cada cual el bienestar de su prójimo, y hac[er] todas las cosas con la mira puesta únicamente en la gloria de Dios". (DyC 82:19) (Spencer W. Kimball, "Becoming the Pure in Heart [Lleguemos a ser puros de corazón]", Ensign, mayo de 1978, pág. 79).

El principio de la autosuficiencia descansa tras el énfasis de la Iglesia en la preparación personal y familiar. Nuestro progreso al llevar a cabo  las varias facetas de esta preparación personal y familiar es impresionante, pero hay todavía demasiadas familias que tienen que prestar oído al consejo de vivir providentemente (Spencer W. Kimball, "Becoming the Pure in Heart [Lleguemos a ser puros de corazón]", Ensign, mayo de 1978, pág. 79).

No podemos ser autosuficientes sin estar dispuestos a trabajar. El trabajo es esfuerzo físico, mental o espiritual. El Señor nos ha mandado trabajar (ver Genesis 3:17-19; ), porque el trabajo es la fuente de la felicidad, la autoestima y la prosperidad. Es la manera en que cosas buenas en nuestras vidas  (El proveer a la manera del Señor: Una guía de bienestar para los líderes, pág. 5).

El vivir prudentemente: Disfrutamos el presente mientras proveemos para el futuro ("Catching the Vision of Self-Reliance [Captemos la visión de la autosuficiencia]", Ensign, mayo de 1986, pág. 89 ).

La habilidad para servir compasivamente se reduce cuando uno es dependiente de otros. El cimiento mismo del Programa de Servicios de Bienestar es ayudar a la gente a ayudarse a sí mismos. En conexión con esto, propiamente usado, cada necesidad humana puede enfrentarse a través del Programa de Servicios de Bienestar (Marvin J. Ashton, Welfare Services Meeting Report [Informe de la reunión de servicios de bienestar], abril de 1974, pág. 4).

La responsabilidad del bienestar social, emocional, espiritual, físico y económico de cada persona descansa primero sobre ella misma, segundo, sobre su familia, y tercero sobre la Iglesia si ella es una fiel miembro de la Iglesia (Spencer W. Kimball, "Los servicios de bienestar: El Evangelio en acción", Liahona, febrero de 1978, págs. 111-112).

Me gustaría dejar un punto muy claro. El programa de servicios de bienestar de la Iglesia es esencialmente que usted y yo seamos autosuficientes con nuestras familias. El sistema de almacén de la Iglesia es un sistema de respaldo para el pequeño número de miembros que son pobres y físicamente discapacitados, o para las emergencias y desastres (J. Richard Clarke, "The Household of Faith [La casa de la fe]", Ensign, noviembre de 1980, pág. 82).

La Iglesia no puede ser más autosuficiente que la autosuficiencia colectiva de sus miembros individuales... Todos los esfuerzos del programa de bienestar se dirigen a ayudar a la gente a volverse autosuficiente (J. Thomas Fyans, "Employment Challenges in the 1980s [Los desafíos de empleo en los 80]", Ensign, mayo de 1982, pág. 82).

La distinción entre la autosuficiencia y la suficiencia

La Autosuficiencia es una cosa buena, si no se lleva demasiado lejos. Pero la seguridad en sí mismo, la suficiencia, la presunción, es una cosa mala. No hay tal cosa como la independencia absoluta. Dependemos uno del otro, y todos somos dependientes de Dios (Orson F. Whitney, Conference Report [Informe de la Conferencia General], octubre de 1927, pág. 147).

La suficiencia, con frecuencia [extraída] del éxito financiero, los altos logros educacionales, la fama y el honor entre los hombres, puede impedirnos tener fe (John K. Carmack, "La fe aumenta el poder en el sacerdocio", Liahona, julio de 1993) .

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