Casa abierta de la Escuela Dominical de la Primavera de 2005
A. Roger Merrill
Presidente General de la Escuela Dominical
Servir en la Escuela Dominical ha sido siempre un gran privilegio, pero lo es aún más en esta emocionante época de cambio y de crecimiento en la Iglesia.
Me gustaría repasar algunos de los cambios recientes en los papeles y responsabilidades de la Escuela Dominical y analizar algunas de las implicaciones para nosotros y para la enseñanza en la Iglesia. Compartiré algunos importantes principios doctrinales y brindar algunas sugerencias de acción selectas que pueden tener un dramático impacto sobre el fortalecimiento de la enseñanza del evangelio en vuestra estaca.
Nuestra esperanza es que dejéis esta sesión con una visión personal inspirada de lo que se necesita que suceda en vuestra estaca, pasos específicos que debéis tomar para hacer progresar esa visión y cómo saber lo que constituye el éxito en vuestro llamamiento. También presentaremos algunos de los cambios recientes y por venir en un emocionante recurso en Internet específicamente para vosotros, en el cual los materiales de esta sesión estarán disponibles.
Tengo la seguridad de que la visión y los pasos siguientes que cada uno de vosotros tomaréis serán diferentes de los de vuestro vecino. Por supuesto, hay algunos principios comunes, pero algo fundamental en el sorprendente poder de esta Iglesia es la realidad de la revelación personal. Esta es la Iglesia de Jesucristo. El tiene consciencia de todos vosotros y de cada individuo en nuestras estacas, barrios y familias. A través del Espíritu, cada uno de nosotros puede recibir la guía específica que necesitamos en nuestra situación personal. Este principio de aprender por medio del Espíritu y cómo se aplica a cada uno de nosotros y a nuestros llamamientos es uno de los puntos importantes que queremos enfatizar.
Después de esta sesión tendremos sesiones temáticas separadas para los miembros de la presidencia de la Escuela Dominical, coordinadores de mejoramiento del maestro y bibliotecarios de centros de reuniones. Si no tenéis personas en cada uno de estos llamamientos, os sugerimos dividirse y asistir a las sesiones en cualquier manera que sintáis que os brinda la cobertura más amplia. Daré las asignaciones de las aulas para cada sesión al concluir mis observaciones.
Aprendiendo por el Espíritu
Quisiera comenzar relatando una experiencia interesante.
Alguien le preguntó una vez al presidente Spencer W. Kmball: "¿Qué es lo que usted hace si se encuentra atrapado en una reunión sacramental aburrida?". El presidente Kimball lo pensó un momento y entonces replicó "no lo sé, nunca he estado en una" (en Gene R. Cook, Teaching by the Spirit [2000], 140).
Con tantos años de experiencia en la Iglesia, estoy seguro que el presidente Kimball había estado en reuniones donde la gente había leído sus discursos, hablado con monotonía, o relatado sus viajes en vez de enseñar doctrina. Pero sospecho que el presidente Kimball estaba enseñando que él no acudía a una reunión sacramental para entretenerse; él iba para adorar al Señor, renovar sus convenios y ser enseñado de lo alto. Si él acudía con un corazón abierto, un deseo sincero de ser "nutrido por la buena palabra de Dios" y una oración -en lugar de un juicio- por los discursantes, el Espíritu le enseñaría lo que necesitaría hacer para ser un discípulo más eficaz y fiel. El presidente Kimball estaba enseñando el principio de aprender por el Espíritu.
Obtuve algo de perspectiva personal en cuanto al principio del aprendizaje por medio del Espíritu hace unos pocos años cuando servía como Setenta Autoridad de Área. Un domingo estaba viajando con el presidente de misión y sostuvimos reuniones con varios grupo diferentes a lo largo del día. Al acercarnos a la reunión final ambos estábamos cansados. Habíamos manejado cerca de 300 millas y hablado en varias ocasiones. Empezamos la reunión y comenzamos siguiendo la misma lista que habíamos cubierto en las otras reuniones. Pero mientras hablábamos algo maravilloso sucedió. El Espíritu se intensificó, y la enseñanza y el aprendizaje se desplazaron hacia un nivel completamente nuevo que el que se había mantenido durante toda la reunión. Comentamos después, el uno al otro, "¡Eso fue maravilloso! ¡Esa fue la mejor reunión del día!"
¿Qué hizo la diferencia? No fuimos nosotros. No nos convertimos repentinamente en más brillantes, o elocuentes, o espirituales. De hecho estábamos, más bien, fatigados por las actividades del día. Los temas que cubrimos fueron los mismos temas cubiertos en las otras reuniones.
Mientras hablábamos sobre ello, nos dimos cuenta de que la gente que asistió a esa última reunión era más humilde y preparada espiritualmente. Como resultado estaban más dispuestos y abiertos a la palabra, y el Señor fue capaz de usarnos en forma más efectiva como un conducto para bendecir sus vidas. El éxito de esa reunión descansó más en ellos que en nosotros.
Ahora, os pediré que penséis en las implicaciones de este principio en términos de los miembros de la Iglesia en vuestra estaca y su habilidad para obtener grandes experiencias espirituales al asistir a las clases dominicales o mientras procuran tener como familia estudios de las Escrituras y noches de hogar edificantes. Por ejemplo, podríais tener un maestro experto en vuestra clase de Doctrina del Evangelio y aún así no tener la experiencia deseada porque, con frecuencia, ello depende más de la gente que acude a la clase que del maestro.
En ningún lugar se enseña esto con más dramatismo que en el ministerio mortal del Señor. En el libro de Mateo leemos que cuando el Salvador mismo "vino a su tierra... no hizo allí muchos milagros, a causa de la incredulidad de ellos" (Mateo 13:54, 58). Casi podemos oir a Moroni en segundo plano, declarando: "quisiera exhortaros a que no neguéis el poder de Dios; porque él obra por poder, de acuerdo con la fe de los hijos de los hombres, lo mismo hoy, y mañana, y para siempre" (Moroni 10:7).
Más frecuentemente, cuando una persona se queja de que una clase de la Iglesia o una noche de hogar familiar es aburrida, eso realmente dice más sobre la persona que sobre el maestro.
Uno de los lugares donde el principio de aprender por el Espíritu es enseñado con poder es en Doctrina y Convenios, sección 50. Esta sección fue dada en un momento en el que muchas manifestaciones maravillosas estaban teniendo lugar como parte de la restauración del reino de Dios en la tierra. Satanás, por supuesto, se mantenía muy activo en la obra de crear falsificaciones y engaños. En la bondad y sabiduría del Señor, Él dio algunos principios por los cuales los miembros de la Iglesia podrían evitar ser engañados y aprender sobre el proceso de edificación del Señor.
Obsérvese la manera de hablar del Señor en el versículo 11: "razonemos así como un hombre razona con otro, cara a cara". Yo entiendo por esto que el Señor va a poner el tema en términos prácticos y simples. En los versículos 17 y 18, Él nos dice que somos llamados a "predicar", o enseñar el Evangelio, por el Espíritu, y de ninguna otra manera. Estoy seguro que hay muchas "otras maneras", incluyendo el enseñar para impresionar o para entretener. Pero el Señor claramente dice que estas otras maneras no son de Dios. Como con otros aspectos de la obra del Señor, Su manera incluye tanto el motivo como el método.
Utilizando el mismo patrón de palabras en los versículos 19 y 20, el Señor entonces se desplaza hacia el papel de quien aprende. Él dice que también estamos para "recibir [la palabra] por el Espíritu", y una vez más se hace notar que "si es de alguna otra manera, no es de Dios". Entonces, en el versículo 22, resume: "De manera que, el que la predica y el que la recibe se comprenden el uno al otro, y ambos son edificados y se regocijan juntamente". Estos versículos dejan en claro que cada uno de nosotros, como estudiantes del evangelio, tiene tanta responsabilidad como el maestro en buscar el Espíritu y ser nutridos por la buena palabra de Dios.
Sugerimos que parte de la responsabilidad de los líderes de la Escuela Dominical de estaca es enseñar este principio del aprender por el Espíritu a cada presidente de la Escuela Dominical, coordinador de mejoramiento del maestro y bibliotecario de centro de reuniones en la estaca, para que ellos puedan enseñarlo a todos los maestros en los barrios, que, a su vez, lo enseñen a cada miembro de la Iglesia. Nuestra necesidad hoy de no ser desviados por las falsificaciones, engaños y distracciones del adversario es tan vital y tan real en cada pizca como la necesidad que tenían los santos en el momento en que fue dada esta sección de Doctrina y Convenios. Y cuando se trata de aprender el Evangelio, la expectativa de que deberíamos ser entretenidos, estimulados emocionalmente de manera constante o alimentados en la boca puede ser tan engañosa como las falsificaciones que Satanás estaba usando para embaucar a los miembros de la Iglesia en los primeros días.
Mejorando la enseñanza en la Iglesia
Algunos de vosotros se preguntarán porqué estoy hablando sobre el aprendizaje y la enseñanza en la Iglesia como un conjunto en vez simplemente centrarme en el programa de la Escuela Dominical. Hay algunas buenas razones.
Revisemos las responsabilidades actuales de los líderes de la Escuela Dominical y entonces concentrémonos en lo que nos impulsaría hacia el "éxito" en el cumplimiento de estas responsabilidades. Los cambios a los que me referiré fueron anunciados en una carta del Presidente Boyd K. Packer de marzo de 2003. Sin embargo, percibimos que aún existe una necesidad regular de clarificar estos cambios. Podéis obtener una copia de esta carta en el sitio de Internet de la Iglesia haciento click en "Sirviendo en la Iglesia," luego en"Escuela Dominical", después en "Introducción a la Escuela Dominical,"y entonces en "Carta del Presidente Packer del 5 de diciembre de 2003: Responsabilidades de la presidencia de la Escuela Dominical sobre las bibliotecas de los centros de reuniones".
En la pantalla, veréis una tabla que muestra cada llamamiento específico y los cambios que cada rol ha sufrido. Por ejemplo, notaréis bajo "Presidencia de la Escuela Dominical de estaca" que el rol se ha expandido, de ser un recurso para la capacitación de las presidencias de la Escuela Dominical de barrio a ser la responsable de la administración del programa de la Escuela Dominical, del programa de mejoramiento del maestro y de las bibliotecas de centro de reuniones. Esta expansión aún abarca la capacitación de las presidencias de la Escuela Dominical de barrio. Antes, el coordinador del mejoramiento del maestro y los bibliotecarios de barrio eran dirigidos por el obispado. Ahora están bajo la responsabilidad de la presidencia de la Escuela Dominical de barrio.
¿Qué significan estos cambios? En términos generales, significan que los líderes de la Escuela Dominical tienen ahora una responsabilidad directa por la calidad de toda la enseñanza del Evangelio en los barrios y cómo esta se traslada a los hogares de los miembros individuales de la Iglesia (vea la tabla Mejorando la instrucción del Evangelio).
Significa que como líderes de la estaca, su éxito se mide por el éxito de los líderes de la Escuela Dominical del barrio. Usted no les enseña directamente a los miembros o a los maestros; usted enseña a los líderes de la Escuela Dominical. Usted no preside, sino que es especialista como auxiliar al sacerdocio para la enseñanza y el aprendizaje del Evangelio.
Este papel auxiliar es un papel muy importante. A veces, en un esfuerzo para asegurarnos de no confundir el rol presidente del sacerdocio, debilitamos la línea auxiliar o lo a menudo es llamado "la línea de puntos". Por ejemplo, un presidente de la Escuela Dominical de estaca puede sentir que no debe contactar o capacitar a un presidente de la Escuela Dominical de barrio a menos que se le invite específicamente para hacerlo. Demasiado a menudo, los líderes de la Escuela Dominical de la estaca se preguntan qué hacer y, no queriendo usurpar autoridad, terminar por sentarse y esperar y no hacer nada.
Este no es el espíritu de la "línea punteada". El Manual de Instrucciones de la Iglesia deja en claro que los líderes de la Escuela Dominical están puestos para apoyar a la presidencia de estaca y a los obispados al capacitar a los líderes de la Escuela Dominical de barrio. En la mayoría de los casos, el presidente de estaca les daría luz verde para hacerlo. Si él no lo ha hecho, podéis decir "asumo por la lectura del manual que a usted le gustaría que capacitásemos y orientásemos a los nuevos líderes de Escuela Dominical de barrio en cuanto son llamados. Estamos creando un plan para hacerlo, a menos que nos indique otra dirección. ¿Qué cosas en específico le gustaría que recalcáramos?". El no capacitar a los líderes de la Escuela Dominical de barrio sería una excepción inusual.
Si las presidencias de Escuela Dominical de barrio no son orientadas con propiedad en su deber y no son apoyadas y fortalecidas con regularidad, usted, como el líder de estaca, no ha hecho su trabajo. Esta es la manera en que ayuda al sacerdocio - al ser un especialista en la capacitación y apoyo de aquellos que son llamados a servir y a llevar a cabo los programas del sacerdocio.
Hay un patrón de las Escrituras para el deber de la enseñanza y la actuación en los llamamientos que recibimos. Invoco vuestra atención en la sección 107 de Doctrina y Convenios. Esta revelación principal acerca del sacerdocio establece la historia, autoridad, roles y deberes principales del sacerdocio. Los últimos dos versículos llevan esta sección directo al nivel de la aplicación personal.
"Por tanto, aprenda todo varón su deber, así como a obrar con toda diligencia en el oficio al cual fuere nombrado.
"El que sea perezoso no será considerado digno de permanecer, y quien no aprenda su deber y no se presente aprobado, no será considerado digno de permanecer. Así sea. Amén" (D&C 107:99100).
En otras palabras, en el contexto de todo lo que el Señor ha establecido, la instrucción es que "aprenda todo varón su deber" a través de la oración, el estudio y el esfuerzo personal.
Sugiero que cuando como líderes no establecemos los deberes generales y el orden del sacerdocio que es relevante para cada llamamiento individual de modo que el individuo obtenga el contexto en el cual pueda "aprender su deber" no estamos siguiendo el modelo del Señor.
Por otro lado, cuando llegamos a ser demasiado directivos o prescriptivos y no permitimos que otros aprendan su deber, de la misma manera no estamos siguiendo el modelo del Señor y, en cierto sentido, estamos entre el individuo y el Señor. Parte de la majestad del sacerdocio es que tenemos tanto una línea del sacerdocio como una conexión de revelación personal con el Señor.
Vuestro trabajo como líder de estaca es, primero, entender claramente los deberes y principios para cumplir con vuestro llamamiento tal como se ha definido en el manual y por vuestros líderes del sacerdocio, y buscar revelación personal y entendimiento con respecto a los desafíos específicos y las oportunidades de cumplir con estos deberes en vuestra estaca.Segundo, debéis aseguraros de que cada una de vuestras contrapartes en el barrio ha sido plenamente instruido en su deber y que está igualmente equipado para obtener revelación personal, para saber cómo actuar eficazmente "en el oficio en el cual ha sido llamado, con toda diligencia".
Con más frecuencia, este trabajo se llevará a cabo en reuniones personales con vuestras contrapartes de barrio. La mayor parte de lo que haga como líder auxiliar de estaca será de uno en uno o uno con unos pocos, cara a cara.
Cinco principios rectores
Al trabajar con sus contrapartes de barrio, sugerimos cinco principios rectores que desearéis entender, enseñar y reforzar constantemente.
El primer principio es el poder de la palabra de Dios. Considerad las palabras de Nefi en 1 Nefi 15:2324: "Y me dijeron [los hermanos de Nefi]: ¿Qué significa la barra de hierro, que nuestro padre vio, que conducía al árbol?Y les dije que era la palabra de Dios; y que quienes escucharan la palabra de Dios y se aferraran a ella, no perecerían jamás; ni los vencerían las tentaciones ni los ardientes dardos del adversario para cegarlos y llevarlos hasta la destrucción".
Pensad en estas palabras: "ni los vencerían las tentaciones ni los ardientes dardos del adversario para cegarlos y llevarlos hasta la destrucción". ¿Tienen las familias de la Iglesia necesidad de esta gran bendición actualmente?
Considerad las palabras del presidente Hinckley — particularmente la frase final: "Existe la preocupación de que algunas personas en la Iglesia tengan una conversión mental, pero no espiritual. El evangelio les es atractivo, pero la conversión real se da cuando sienten algo en sus corazones y no solamente en sus mentes. Hay un asentimiento mental, pero no una convicción espiritual. Deben ser tocados por el poder del Espíritu Santo, que crea en ellos una experiencia espiritual. Entonces el poder y la profunda conversión del Espíritu les confirma aquello con lo que ya están de acuerdo en sus mentes. Este testimonio del corazón y no únicamente de la cabeza, les protegerá en toda tormenta de adversidad" (citado por el élder Gerald N. Lund, Devocional BYU-Idaho, 25 de marzo de 2003).
El presidente Ezra Taft Benson ha dicho: "Cuando las familias y los miembros individuales se sumergen a sí mismos en las Escrituras con regularidad y consistencia... otras áreas de actividad se darán automáticamente. Los testimonios aumentarán. El compromiso se robustecerá. Las familias serán fortalecidas. La revelación personal fluirá" ("The Power of the Word," Ensign, May 1986, 81).
Cuando hablamos sobre el poder de la palabra no estamos hablando sobre un "programa" de la Iglesia, ni siquiera sobre cómo traer más gente a la Escuela Dominical. Estamos hablando sobre cómo obtener la bendición, protección y poder de la barra de hierro directamente en los hogares y vidas de los miembros. Los programas de la Iglesia son solamente métodos, o canales. Todo líder de la Escuela Dominical y maestro del Evangelio de barrio necesita ser invitado a entender el poder de la palabra de Dios en un nuevo nivel.
El segundo principio es la importancia de conservar pura la doctrina. Ciertamente los líderes que presiden en el sacerdocio tienen una responsabilidad clave en esta área. Pero en nuestra capacidad como auxiliares para la enseñanza, nosotros, en la Escuela Dominical, también tenemos un papel para hacer todo lo que podamos para cerciorarnos de que lo que enseñan es la doctrina correcta. La verdadera fe sólo puede basarse en la verdad. En las palabras de Alma, "de modo que si tenéis fe, tenéis esperanza en cosas que no se ven, y que son verdaderas" (Alma 32:21).
Cuando las personas ponen su confianza en la enseñanza falsa e incorrecta, no desarrollan una verdadera fe. Esta es una razón por la cual la doctrina debe mantenerse pura.
Es necesario que se le enseñe a los maestros que no tienen que saber la respuesta a cada pregunta que venga. Es perfectamente correcto decir: "Me gustaría revisarlo y asegurarme de que sea la doctrina correcta. Se los reportaré en la próxima ocasión". O, mejor aún, "¿Le gustaría a uno de ustedes darle seguimiento y darnos un reporte la próxima vez con una respuesta autorizada sobre esa pregunta?" Es responsabilidad del maestro hacer todo lo que pueda para asegurarse de que lo que se enseña es correcto.
Una de las cosas que los bibliotecarios de centro de reuniones pueden hacer es convertirse en especialistas en referencias, para ayudar a los maestros y a los miembros de clase a buscar respuestas a preguntas en recursos que quizás no tengan en el hogar o con los que no estén familiarizados.
Mientras que los individuos tienen la responsabilidad de vivir de tal manera que el Espíritu Santo pueda asistirles en el discernimiento de la verdad, el siguiente criterio que enseñan las Autoridades podría ser útil para los líderes, maestros y estudiantes de la Escuela Dominical al aprender y enseñar la doctrina correcta:
- ¿Está la doctrina expresada con claridad en las obras canónicas de la Iglesia? El presidente Hinckley dijo, "[Los libros canónicos] proporcionan la norma por la cual se evalúa toda la doctrina del Evangelio" (seminario para representantes regionales, 5 de abril de 1991).
- ¿Se halla la doctrina dentro de las declaraciones oficiales, proclamaciones, o declaraciones de la Primera Presidencia y del Consejo de los Doce Apóstoles? El presidente Boyd K. Packer declaró: "Sólo los libros canónicos, las declaraciones oficiales y otras publicaciones escritas bajo la asignación de la Primera Presidencia y del Consejo de los Doce Apóstoles son considerados publicaciones autorizadas de La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días" (Let Not Your Heart Be Troubled [1991], introduccción).
- ¿La doctrina ha sido enseñada o analizada con claridad por los actuales líderes generales de la Iglesia en una Conferencia General o en otra reunión oficial de la Iglesia? El presidente George Q. Cannon dijo, "Tenemos la Biblia, el Libro de Mormón y el libro de Doctrina y Convenios, pero todos estos libros, sin los oráculos vivientes y un flujo constante de revelación del Señor, no conducirán a ninguna persona al Reino Celestial de Dios" (Gospel Truth, sel. Jerrald L. Newquist, 2 vols. [195774], 1:323).
- ¿Se halla la doctrina en los manuales generales o en los cursos de estudios aprobado actualmente por la Iglesia? El élder M. Russell Ballard dijo: "Los maestros serían prudentes si estudiasen cuidadosamente las Escrituras y sus manuales antes de buscar materiales complementarios. Demasiados maestros parecen alejarse de los materiales de los cursos de estudios aprobados sin haberlos revisado plenamente. Si los maestros sienten la necesidad de usar algunos recursos complementarios además de las Escrituras y de los manuales al presentar una lección, deberían considerar primero el uso de las revistas de la Iglesia" ("Teaching—No Greater Call," Ensign, mayo de 1983, 68).
Si la doctrina o idea en cuestión satisface uno o más de estos criterios, podemos en general tener la confianza de que es una de las doctrinas oficiales de la Iglesia.
El tercer principio es enseñar por el Espíritu. Todos los maestros en la Iglesia son llamados a enseñar el Evangelio por el Espíritu del Señor. Ya hemos revisado las palabras del Señor en la sección 50 de Doctrina y Convenios, indicando que si enseñamos en alguna otra manera, no es de Dios. Las Escrituras están llenas con maravillosas referencias sobre este tema crítico, y también están disponibles referencias útiles en el sitio en Internet de la Iglesia.
Es vital que nosotros, como líderes de la Escuela Dominical ayudemos representando y enseñando qué es lo que eso significa y qué es lo que no significa. Desafortunadamente, en la Iglesia de hoy, la gente a veces usa la frase "enseñar por el Espíritu" para describir lo que se hace cuando no se está preparado y se improvisa. Esto no es lo que significa enseñar por el Espíritu.
Es verdad que cuando estamos preparados adecuadamente las oportunidades para enseñar pueden presentarse de manera imprevista y resultan en experiencias dirigidas por el Espíritu que no han sido planeadas anticipadamente. Es también verdad que la enseñanza por el Espíritu usualmente no involucra una presentación rigurosamente programada. Sin embargo, la falta de preparación no es una característica de la enseñanza por el Espíritu. De hecho, enseñar por el Espíritu casi siempre requiere más preparación, no menos.
La manera en que los misioneros de tiempo completo están ahora enseñando el evangelio es un maravilloso modelo a entender y a seguir por todos nosotros. Se instruye a los misioneros a estudiar y a aprender la doctrina, a preparar bosquejos sobre cómo pueden ser enseñados los principios y, entonces, cuando están con los investigadores, a no dar presentaciones memorizadas, sino a hablar desde el corazón según lo indique el Espíritu. En el momento de la enseñanza, ellos pueden sentirse inspirados a dar más de lo que tenían preparado, o solo una parte.
Este es un excelente modelo para los maestros. Deben estudiar en espíritu de oración la lección y las Escrituras y hacer un desarrollo sobre cómo podrían ser enseñados con eficacia los principios. Luego, en el salón, deben concentrarse en las personas y en el Espíritu. Este método de enseñar por el Espíritu está prescrito en Predicad mi Evangelio, el manual normativo para los misioneros.
El cuarto principio — recibir por el Espíritu — ya ha sido analizado. Recomendamos que este principio reciba mayor énfasis — no porque sea más importante que los otros cuatro, sino porque en años pasados no ha recibido el énfasis que ahora va siendo tiempo que reciba.
Me gustaría comunicar el espíritu de este principio refiriéndome a uno de nuestros grandiosos himnos. Por favor, escuchen y lean las palabras conmigo:
"Hoy tu Espíritu, Señor,
Conmueve nuestro corazón
Y nos recuerda tu bondad
Y nuestra santa comisión.
Cual zarza en el Sinaí,
Sentimos tu presencia aquí.
"El fuego del Espíritu
Ilumina el alma fiel,
Nos da anhelo de servir
Y nos enseña el deber.
Que nos guíe por Su voz
En todos nuestros hechos, Dios" ["El fuego del Espíritu," Himnos, no. 95].
¿No debería ser ésta una meta que cada uno de nosotros debería tener al salir de cada situación en la que aprendemos o enseñamos el Evangelio?
El quinto principio es "cada miembro es un maestro". Mientras consideramos cada una de las siguientes escrituras y citas, note la poderosa relación entre el discipulado y la enseñanza.
Tras la resurrección del Señor, Él exhortó a a Pedro a alimentar a Sus ovejas.
"Cuando hubieron comido, Jesús dijo a Simón Pedro: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas más que éstos? Le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. El le dijo: Apacienta mis corderos.
"Volvió a decirle la segunda vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro le respondió: Sí, Señor; tú sabes que te amo. Le dijo: Pastorea mis ovejas.
"Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas" (Juan 21:1517).
En los primeros días de esta dispensación el Salvador depositó sobre los miembros de la Iglesia la responsabilidad de enseñar el evangelio a otros. En noviembre de 1831, Él dijo:
"Y la voz de amonestación irá a todo pueblo por boca de mis discípulos, a quienes he escogido en estos últimos días.
"E irán y no habrá quien los detenga, porque yo, el Señor, los he mandado" (Doctrina y Convenios 1:45).
De nuevo, en diciembre de 1832, Él mandó:
"He aquí, os envié para testificar y amonestar al pueblo, y conviene que todo hombre que ha sido amonestado, amoneste a su prójimo.
" Por tanto, quedan sin excusa, y sus pecados descansan sobre su propia cabeza" (Doctrina y Convenios 88:8182).
El presidente Joseph Fielding Smith observó:
"Y lo que digo sobre mí mismo es verdad para todas las Autoridades y para todos los élderes de la Iglesia. Somos llamados a predicar el Evangelio, a ser ministros de Cristo, para elevar la voz de amonestación y para 'enseñarnos el uno al otro la doctrina del reino'" (en Conference Report, octubre de 1970, pág. 5).
Y para los padres, el Señor dijo:
"Y además, si hay padres que tengan hijos en Sión o en cualquiera de sus estacas organizadas, y no les enseñen a comprender la doctrina del arrepentimiento, de la fe en Cristo, el Hijo del Dios viviente, del bautismo y del don del Espíritu Santo por la imposición de manos, al llegar a la edad de docho años, el epecado será sobre la cabeza de los padres.
"Porque ésta será una ley para los habitantes de Sión, o en cualquiera de sus estacas que se hayan organizado.
"Y sus hijos serán bautizados para la remisión de sus pecados cuando tengan ocho años de edad, y recibirán la imposición de manos.
"Y también enseñarán a sus hijos a orar y a andar rectamente delante del Señor" (Doctrina y Convenios 68:2528).
Mediante estas y muchas otras referencias, vemos con claridad que cuando escogemos tomar la cruz para seguir a Cristo, escogemos enseñar. Es inherente a nuestro discipulado.
Los cinco principios que hemos analizado son el corazón de nuestro discipulado. ¿Podemos ver y sentir el poder de la doctrina pura de la palabra de Dios cuando enseñamos y recibimos por el Espíritu? Cuando lo hacemos, y cuando los que servimos lo hacen, el asunto no será tratar de conseguir maestros para hacerse notar en sus clases; será acerca de cómo podemos llenarnos con el Espíritu y asegurar las bendiciones del poder de la palabra de Dios en las vidas de todos los miembros de nuestras estacas, barrios y familias.
Recuerden las palabras de Alma:
"Y como la predicación de la palabra tenía gran propensión a impulsar a la gente a hacer lo que era justo —sí, había surtido un efecto más potente en la mente del pueblo que la espada o cualquier otra cosa que les había acontecido— por tanto, Alma consideró prudente que pusieran a prueba la virtud de la palabra de Dios" (Alma 31:5).
Tres aplicaciones de alta prioridad
Con estos cinco principios rectores resaltados en nuestras mentes y nuestros corazones, vayamos ahora a cosas específicas que podemos hacer para hacer una mejoría significativa en la obra. A fin de hacer más eficaces nuestros esfuerzos, sugerimos enfocarnos en tres "aplicaciones de alta prioridad" - cosas que, si se hacen bien y en forma consistente, afectarán positivamente muchas otras cosas.
La primera aplicación fue sugerida en la casa abierta de octubre pasado - la orientación capacitante eficaz para los nuevos maestros. Estamos agradecidos por los resultados positivos que hemos tenido de aquellos que ya han sentido el hacer énfasis en esta área. Para vuestra información, las presidencias generales de las otras organizaciones auxiliares están también enfatizando la importancia de esta reunión de orientación.
El Manual de Instrucciones de la Iglesia establece que es responsabilidad del sacerdocio y de los líderes de las organizaciones auxiliares del barrio "deben reunirse personalmente con cada nuevo maestro que haya sido llamado, preferiblemente antes de que enseñe su primera
lección" para "ayudar a los maestros a comprender la importancia del llamamiento de enseñar" y para "analizar los principios
de una enseñanza eficaz" (Libro 2: Líderes del sacerdocio y de las organizaciones auxiliares [1998], pág. 368).
Los nuevos maestros deben ser orientados por un miembro de la presidencia de la organización en la cual enseñarán. Los coordinadores del mejoramiento del maestro de barrio se reúnen con las presidencias de las organizaciones y les dan herramientas y sugerencias que les ayudarán con la reunión. Estas herramientas y sugerencias están disponibles en Internet.
¿Cuál es la visión de esta orientación? ¿Por qué es tan importante?
Hay dos razones mayores. Primero, proporciona la oportunidad para ustedes como líderes de compartir los cinco principios rectores que hemos analizado y de dar testimonio de ellos. ¿Cuáles cubrirán con más abundancia y qué dirán? Eso depende del Espíritu. La persona que conduzca la orientación debe estar ejemplificando lo que significa estar preparado y entonces enseñar por el Espíritu.
Segundo, se espera que esta reunión sea una experiencia espiritual que defina la visión y el tono de toda la experiencia de enseñanza. Además, establecerá una relación de apoyo, servicio y alimentación espiritual mientras que el líder continúa interactuando con el maestro al paso del tiempo.
Sugerimos que, en principio, la misma cosa suceda cuando ustedes, como líderes de estaca, se reunan con los líderes de Escuela Dominical de barrio recién llamados. La norma es que, después de consultar con su presidencia de estaca, reciban una asignación general para capacitar y orientar a todas las presidencias de la Escuela Dominical de barrio. La visión sería la misma - tendréis una experiencia espiritual al reuniros, seréis edificados y os regocijaréis juntos. Se establecerá una relación que llegará a ser una fuente de fortaleza y gozo para ambos. Siempre tengan en mente: Vuestro éxito está en función del éxito de los líderes del barrio.
The second high-priority application grows out of the first. It is to focus on the quarterly teacher improvement meetings.
Citando el Manual de Instrucciones de la Iglesia:
"Teacher improvement meetings are held for all leaders and teachers in the ward. The purposes of these meetings are to give instruction and share experiences that will improve the quality of gospel teaching and learning in ward meetings, in classes, and in homes.
"Cada trimestre se deben llevar a cabo reuniones de mejoramiento de maestros por separado para los siguientes grupos:
- "Maestros y líderes que trabajen con los miembros de 18 años de edad y mayores.
- "Maestros y líderes que trabajen con los miembros de entre 12 y 17 años de edad.
- "Maestros y líderes de la Primaria (podrían llevarse a cabo como parte de las reuniones de líderes de la Primaria del barrio)" (Libro 2, pág. 385).
En los manuales hay sugerencias específicas para la agenda de la reunión y que serán cubiertas con más detalle en la sesión específica para los coordinadores del mejoramiento del maestro.
La clave es ver que la calidad de esas reuniones crezca a partir de la calidad de la orientación y de la relación que los líderes de barrio tengan con los maestros, y también la relación que los líderes de estaca tengan con los líderes de barrio. Las reuniones de mejoramiento del maestro proporcionarán un foro donde los principios medulares puedan ser practicados y pueda tener lugar la edificación. Como resultado, estas reuniones se convertirán en una verdadera bendición en las vidas de los maestros y se incrementará el nivel de la enseñanza del Evangelio.
La tercera aplicación es ayudar a los maestros a enfocarse en las clases dominicales como un tiempo de preparación para que los miembros enseñen y practiquen el evangelio en el hogar.
Uno de los desafíos reales para los padres que sostienen noches de hogar y estudios de las Escrituras en familia es tener el tiempo y la experiencia para estar realmente preparados. Por ejemplo, ¿cuantos padres tienen suficientes antecedentes sobre Doctrina y Convenios para ser realmente capaces de ayudar a sus hijos a tener una buena experiencia con este libro canónico durante el estudio familiar de las Escrituras?
Si los maestros aprenden a orientar sus lecciones hacia la preparación de los miembros, entonces las reuniones de la Iglesia pueden convertirse en una fuente aún más rica para ayudar a las familias mientras ellas procuran enseñar el Evangelio en el hogar. La experiencia combinada de quienes están en clase puede ayudar a los miembros con preparaciones específicas, por ejemplo, cómo puede un principio particular del Evangelio ser enseñado a los hijos, ejemplificado en el hogar o difundido a un amigo en el trabajo en el momento apropiado.
Déjenme darles un ejemplo.
Supongan que la clase de los adultos de Doctrina del Evangelio está estudiando la sección 4 de Doctrina y Convenios, acerca de los requisitos para el servicio misional. Un maestro podría preguntar "¿Cómo se sienten como padres al recibir revelación del Señor a través de un hijo?". Un miembro de la clase podría compartir cómo se siente tener un hijo serviendo como su obispo. Más tarde, durante el estudio familiar de las Escrituras o durante la noche de hogar, el miembro de la clase podría relatar esta experiencia a su familia, ayudando tanto a los padres como a los hijos a pensar los unos en los otros con un sentimiento más profundo de identidad y reverencia.
Otro miembro de la clase - una misionera retornada - podría relatar cómo el memorizar esta sección hizo una diferencia para ella en el campo misional. El maestro podría sugerir que aquellos que hayan tenido esta experiencia podrían repasar la sección y hacer un pequeño juego para que la familia junta memorice la sección. Una madre soltera en la clase podría notar que uno de sus maestros orientadores es un misionero retornado. Ella podría invitar al maestro orientador a compartir con su familia la sección y lo que significó para él en el campo misional.
Otro miembro de la clase podría platicar acerca de una lección de noche de hogar familiar en la cual toda la familia trató de cortar el pasto crecido en la parte trasera de su casa con una vieja hoz de mano y cómo esto les ayudó a comprender la labor que solía ser la cosecha y cuánto trabajo duro toma el ser un misionero. Varios padres podrían decidir que podrían crear una actividad similar y dejarían la clase con una idea útil para la noche de hogar familiar.
Podemos seguir y seguir. El punto es que cuando el enfoque cambia hacia el preparar a los miembros de la clase para llevar la lección al hogar, la naturaleza entera de la instrucción, de las preguntas, del análisis y de la aplicación cambian también. Adicionalmente, la actitud y la experiencia de los miembros de la clase cambia al darse ellos cuenta de que (1) ellos están allí para aprender a fin de enseñar y que (2) la clase es un recurso para ellos, para ayudarles a enseñar a sus familias.
Esta idea puede ser analizada en una reunión trimestral de mejoramiento del maestro. En reuniones subsecuentes los maestros pueden compartir las experiencias que han tenido, haciendo de la reunión de mejoramiento del maestro un enriquecedor recurso para los maestros en tanto que buscan crear un enfoque en la preparación. Además, este enfoque puede ser parte de la orientación del nuevo maestro y puede también ser difundida en el consejo de barrio por el presidente de la Escuela Dominical.
Ahora, estos son los puntos generales que debemos recalcar. En las sesiones temáticas sugeriremos dos o tres cosas específicas que cada persona allí presente podría enfatizar en su llamamiento.
El sitio de Internet de la Escuela Dominical
Finalmente, me gustaría mostrarles algunas de las páginas que ahora hay en el sitio de Internet de la Iglesia. Estas páginas están ahora en la primera etapa de desarrollo, pero con la ayuda de la gente maravillosa y los recursos que están disponibles en las oficinas centrales de la Iglesia, estaremos constantemente expandiéndolas y mejorándolas para apoyarles más mientras llevan a cabo su importante labor en el reino. Estas páginas son para cada uno de ustedes que sirve en la Escuela Dominical, y están organizadas por llamamiento.
Hay páginas adicionales diseñadas para ser útiles a todos los maestros. La idea es proporcionar una amplia variedad de recursos doctrinalmente puros y fáciles de conseguir en los cuales los maestros puedan basarse, habilitándoles para ocupar más de su tiempo de preparación preparando sus corazones y estudiando las Escrituras. Nuestra esperanza es que estos recursos no se conviertan en una distracción, una muleta o en un pobre sustituto para la preparación apropiada y la enseñanza por el Espíritu, sino que ayuden a ahorrar tiempo y a mejorar la calidad.
Esperamos también hacer más por el miembro individual al buscar todos nosotros integrar el poder de la palabra en nuestros corazones y en nuestras vidas.
Resumen
Ahora, aquí hay un resumen de nuestro mensaje para ustedes el día de hoy.
- Vuestro trabajo como líderes de estaca es fortalecer a los líderes de la Escuela Dominical de barrio de modo que ellos puedan fortalecer a los maestros, los cuales, a su vez, fortalezcan a los individuos y a las familias.
- Les exhortamos a buscar y obtener un conocimiento y testimonio más profundo de los cinco principios rectores y a procurar enseñarlos y aplicarlos constantemente en vuestro llamamiento.
- El poder de la palabra de Dios.
- La importancia de mantener pura la doctrina.
- Enseñar por el Espíritu.
- Recibir por el Espíritu.
- Cada miembro es un maestro.
Les sugerimos poner especial énfasis en el recibir por el Espíritu.
- Les sugerimos que con todo lo que podríais hacer, concentréis vuestros esfuerzos por el mejoramiento en las siguientes aplicaciones:
- Orientación capacitante para los nuevos líderes y maestros.
- Reuniones de mejoramiento del maestro.
- Un enfoque de "lléveselo a casa durante la semana" en la instrucción dominical.
Esperamos que estos puntos específicos obren junto con vuestros deseos para proporcionar una situación en la cual el Espíritu Santo les de una visión del potencial de vuestro llamamiento para bendecir vidas y construir el reino de Dios en una manera significativa.
Les testifico que hay poder en la palabra de Dios, suficiente para nuestras necesidades, cualesquiera que éstas sean.
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