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Consejero del obispo asignado a la Escuela Dominical


El obispo llama y aparta a un poseedor del sacerdocio para que sea el presidente de la Escuela Dominical de barrio. El obispo o un consejero asignado llama y aparta a dos poseedores del sacerdocio para que presten servicio como consejeros del presidente de la Escuela Dominical de barrio. Un miembro del obispado también llama y aparta a los maestros de la Escuela Dominical y, si es necesario, a un secretario de la Escuela Dominical. El presidente de la Escuela Dominical efectúa recomendaciones para tales llamamientos, aunque estos quedan sujetos a la aprobación del obispado. (Véase el Manual de Instrucciones de la Iglesia, Libro 2: Líderes del sacerdocio y de las organizaciones auxiliares [1998], 290.)

Al considerar con oración los nombres de los poseedores del sacerdocio que servirán en la presidencia de la Escuela Dominical de barrio, puede que los obispados quieran considerar el consejo de Pablo de "encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros" (2 Timoteo 2:2). Los miembros de las presidencias de Escuela Dominical de barrio deben ser "hombres fieles" y deben ser "idóneos para enseñar también a otros". Entre las muchas importantes responsabilidades de la presidencia de la Escuela Dominical de barrio, ninguno es más importante que la de mejorar la enseñanza, no sólo en la Escuela Dominical sino en todo el barrio. La presidencia de la Escuela Dominical trabaja muy de cerca con los líderes del sacerdocio y de las organizaciones auxiliares, que continúan siendo responsables por el mejoramiento de los maestros en sus organizaciones. La presidencia de la Escuela Dominical de barrio también tiene deberes en la administración, el mejoramiento del maestro y las bibliotecas de centro de reuniones (véase "Cambios en el programa de mejoramiento de maestros," carta de la Primera Presidencia del 17 de Noviembre de 2006; "Responsabilidades adicionales de las presidencias de la Escuela Dominical", carta del presidente Boyd K. Packer, 5 de diciembre de 2003).

El obispo asigna a uno de sus consejeros para que supervise, bajo su dirección, la Escuela Dominical de barrio. Si usted es consejero en el obispado asignado a supervisar la Escuela Dominical del barrio, puede encontrar útiles las siguientes sugerencias.

1. Anime regularmente a todos los miembros del barrio a aprender y a enseñar el Evangelio de Jesucristo. Una de las cosas más importantes que puede hacer un líder es animar y ayudar a los miembros de la Iglesia a hacer del estudio de las Escrituras una parte regular de sus vidas. El presidente Gordon B. Hinckley aconsejó:

"Si hoy fuera un obispo o presidente de estaca, ¿qué haría? Creo que trataría de fijar mis principales esfuerzos en edificar la espiritualidad de la gente. Trabajaría tan duro como sé hacerlo en edificar su fe en el Señor Jesucristo, en Dios, nuestro Padre Eterno, en el Profeta José Smith y en la Restauración de su obra y lo que esto significa y lo que significa todo lo demás. Animaría a mi gente a leer las Escrituras, a leer el Libro de Mormón, a leer el Nuevo Testamento. Les exhortaría con toda la capacidad que tengo a leer sosegada, reflexiva e introspectivamente, para así decirlo. Les exhortaría a leer las enseñanzas del Profeta José Smith." ["Inspirational Thoughts", Ensign, octubre de 2003, pág. 4]

2. Establezca un momento regular para reunirse con la presidencia de la Escuela Dominical de barrio. Puede encontrar que es útil establecer reuniones regulares con la presidencia y el secretario de la Escuela Dominical de barrio para analizar los asuntos de la Escuela Dominical de barrio. Puede que también quiera considerar invitar al bibliotecario del centro de reuniones a unirse a esta reunión de tiempo en tiempo.

3. Brinde asistencia a la presidencia de la Escuela Dominical de barrio en su responsabilidad de ver que la Escuela Dominical esté "organizada y funcionando en la debida forma" (véase el Manual de Instrucciones de la Iglesia, Libro 2, 291). Es de especial importancia para el obispado llamar a líderes y maestros de la Escuela Dominical que puedan bendecir las vidas de los miembros de la Iglesia. Ahora que la presidencia de la Escuela Dominical de barrio es responsable por el mejoramiento del maestro, no sólo en la Escuela Dominical, sino a lo largo de todo el barrio, el obispado debe asegurarse de que aquellos que son llamados para servir en la Escuela Dominical tengan los dones y talentos para trabajar con los maestros y líderes para mejorar la enseñanza en el barrio. El éxito de la Escuela Dominical depende en gran medida de llamar a la persona correcta a servir en la posición correcta en el momento correcto.

4. Mantenga pura la doctrina de la Iglesia. Los miembros del obispado tienen la responsabilidad de supervisar a todos los que enseñan el Evangelio en el barrio. Se aseguran de que la enseñanza sea eficaz y doctrinalmente correcta (véase el Manual de Instrucciones de la Iglesia, Libro 2, 369). El presidente Gordon B. Hinckley declaró: "He hablado antes sobre la importancia de mantener pura la doctrina de la Iglesia, y supervisar lo que se enseña en todas nuestras reuniones. Esto me preocupa. Las pequeñas desviaciones en la enseñanza doctrinal pueden conducir a las falsedades grandes y malignas" (Teachings of Gordon B. Hinckley [1997], 620).

El Señor ha establecido en Doctrina y Convenios que los maestros no deben enseñar "sino las cosas escritas por los profetas y apóstoles, y lo que el Consolador les enseñe mediante la oración de fe" (DyC 52:9).

Una razón por la cual se anima a los miembros del obispado a asistir regularmente a las clases de la Escuela Dominical es para asegurarse de que la doctrina que se enseña es pura y correcta. Si se enseña falsa doctrina, la corrección debe hacerse de inmediato, evitando criticar al individuo. Asegúrese de que se enseña la doctrina correcta sin ofender al individuo, que puede que no conozca la verdad.

5. Asegúrese de que el curso Enseñanza del Evangelio se lleva a cabo por lo menos una vez al año (véase el Manual de Instrucciones de la Iglesia, Libro 2, 369).

6. Asegúrese de que todos los oficiales y maestros de la Escuela Dominical son sostenidos y apartados. Todos los oficiales y maestros de la Escuela Dominical deben ser sostenidos de manera oportuna y ser apartados en forma correcta (véase el Manual de Instrucciones de la Iglesia, Libro 1: Presidencias de estaca y obispados [1998], 47-48, 54).

Vea Seis preguntas para las que todo maestro quiere saber la respuesta

Ayudas para los maestros: Para revisar una colección de ideas y sugerencias diseñadas para ayudar, inspirar y motivar a los maestros del Evangelio de toda la Iglesia a mejorar la calidad de la enseñanza en los salones de clase y en el hogar, visite "Ayudas para los maestros."


 
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