Todos los maestros, incluyendo a aquellos que enseñan dentro de la Iglesia, pueden encontrar formas de mejorar la calidad de su enseñanza. De hecho, los mejores maestros se mantienen explorando constantemente nuevas y mejores formas de enseñar los temas que han enseñado por años. Casi cada institución educativa patrocina alguna clase de programa interno para ayudar a los maestros a que constantemente actualicen, mejoren y perfeccionen sus métodos y habilidades.
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días ha practicado este concepto por muchos años. Originalmente, los líderes de las organizaciones auxiliares tenían talleres para los maestros en sus organizaciones, y distribuían materiales e ideas para ayudar a sus maestros a estar mejor preparados para enseñar. Muchos miembros de la Iglesia recordarán las lecciones con fanelógrafos, filminas, figuras de "palitos" dibujadas en el pizarrón por un maestro y otros variados métodos para ayudar a los estudiantes a entender un concepto.
Aunque nuestros métodos de enseñanza se han vuelto mucho más sofisticados con los avances en las tecnologías de multimedia, la necesidad básica del maestro de ayudar a los estudiantes a asir y entender un concepto se mantiene como una constante.
Los materiales de mejoramiento del maestro de la Iglesia proveen medios poderosos y efectivos para mejorar nuestras habilidades de enseñanza y ayudarnos a mantenernos actualizados con técnicas recomendadas por los mejores maestros del Evangelio. Todo maestro en la Iglesia debería tener la oportunidad de participar en los esfuerzos del programa de mejoramiento del maestro dentro de su barrio. Para obtener detalles con respecto a las responsabilidades de los líderes por el programa de mejoramiento del maestro, consulte la carta de la Primera Presidencia del 17 de Noviembre de 2006, "Cambios en el programa de mejoramiento de maestros".