"Los líderes del sacerdocio y de las organizaciones auxiliares... deben reunirse personalmente con cada nuevo maestro que haya sido llamado, preferiblemente antes de que enseñe su primera lección. Deben ayudar a los maestros a comprender la importancia del llamamiento de enseñar. También deben analizar los principios de una enseñanza eficaz, que se describen en las páginas 362-367 [del Manual de Instrucciones de la Iglesia, Libro 2]" ("Enseñanza del Evangelio y liderazgo", sección 16 of Manual de Instrucciones de la Iglesia, Libro 2: Líderes del sacerdocio y de las organizaciones auxiliares [1998], 368).
Las siguientes son algunas ideas que se pueden usar al planear una reunión de orientación:
1. Preguntas posibles para reflexionar:
- ¿Qué diferencia ha hecho en su vida la enseñanza del Evangelio?
- ¿Qué significa para ustedes "enseñar por el Espíritu"?
- ¿Cómo se prepara para enseñar por el Espíritu?
- ¿Cómo sabe cuando está enseñando por el Espíritu?
- ¿Cómo se asegura de estar enseñando la doctrina correcta?
- ¿Qué significa "recibir por el Espíritu?
- Considere el consejo del Presidente Hinckley a los misioneros de tiempo completo (ver abajo). ¿Cómo se aplica este consejo a toda enseñanza dentro de la Iglesia?
2. El presidente Gordon B. Hinckley aconseja a los misioneros de tiempo completo:
En la reunión mundial del liderazgo del 11 de enero de 2003, el Presidente Gordon B. Hinckley comentó respecto a lo bien que ha resultado en el pasado tener lecciones misionales “estándar”. Entonces explicó:
"El Señor ha dicho en revelación, 'Pero a pesar de las cosas que están escritas, siempre se ha concedido a los élderes de mi iglesia desde el principio, y siempre será así, dirigir todas las reuniones conforme los oriente y los guíe el Santo Espíritu' (DyC 46:2).
“Si este principio es observado, este principio que se repite una y otra vez en las revelaciones, generará una nueva fortaleza en sus enseñanzas.”
Entonces dio un patrón a seguir para los misioneros:
“Deben dominar los conceptos de las lecciones. Pero deben sentirse libres para desviarse del orden establecido y enseñar los conceptos en sus propias palabras bajo la influencia directora del Espíritu Santo.”
Después de algunos impresionantes ejemplos continuó:
“Enseñad la doctrina, pero dejad que esa enseñanza venga del corazón del misionero y no de una presentación acartonada.
"Dejen que los misioneros se sacudan de sus lecciones memorizadas. Déjenles hablar con gran convicción, incitada por el Espíritu del Señor. Dejénles hacerlo con gran sinceridad.”
Él entonces dio a los misioneros consejo específico sobre la oración, la preparación, el dejar a los investigadores con algo para leer, y el prepararles para la siguiente lección. Continuó:
"El Señor ha dicho, 'Ni os preocupéis tampoco de antemano por lo que habéis de decir; mas atesorad constantemente en vuestras mentes las palabras de vida, y os será dado en la hora precisa la porción que le será medida a cada hombre' (DyC 84:85).
“Éste es el consejo del Señor. No puede ser puesto a un lado con impunidad. Seguirlo traerá el resultado prometido. Tal enseñanza llegará a ser más desafiante, individualizada, y más conveniente a las necesidades de los sean enseñados” (“Servicio Misional”, Primera reunión mundial de liderazgo, el 11 de enero de 2003, págs. 19-20).
3. Materiales que se deben proporcionar a los nuevos maestros:
- El manual de lecciones apropiado para la clase
- La enseñanza, el llamamiento más importante
- "Enseñanza del Evangelio y liderazgo," sección 2 del Manual de Instrucciones de la Iglesia, Libro 2: Líderes del sacerdocio y de las organizaciones auxiliares [1998]
- Copias (o extractos) del Catálogo de Materiales de la Iglesia que sean relevantes a la asignación
- Una lista de presidencia o del liderazgo de la organización, con números telefónicos
- Instrucciones sobre un maestro suplente
- La hora y lugar de las reuniones que se relacionan con el llamamiento